¿En que se parecen un Diamante a la mina de un Lápiz?, fácil, ambos materiales tienen la misma composición Química. Curioso, ¿No?
Entonces, ¿Cómo se han llegado a formar los Diamantes a partir de un material tan oscuro y abundante como lo es el Carbono (C)?
Resulta que, en ciertos lugares, muchos millones de años atrás, partes muy pequeñas de ese Carbono, fueron sometidas a condiciones muy concretas de altas presiones y temperaturas, y todo eso durante un muy largo periodo de tiempo. Así sucedió que el Carbono llegó a cristalizar y se convirtió en Diamante, el material más DURO conocido y que existe hasta ahora. Otro día hablaremos de esa propiedad, la máxima DUREZA, única de los Diamantes.
Pues bien, en la actualidad existen dos formas de obtener Diamantes. Una es la tradicional, que se basa en el método extractivo, justo en esas zonas tan concretas donde se llegaron a formar depósitos de este material, este método sigue siendo el de mayor impacto medioambiental, debido a la enorme cantidad de roca que hay que extraer y procesar para la obtención de los pequeños cristales de Diamante.
Y luego está el Diamante que se obtiene mediante la reproducción en laboratorio de las condiciones naturales, tanto de presión, como temperatura necesarias, para que el Carbono cristalice y se convierta en Diamante. Este último y revolucionario método de obtención de Diamantes HPHT, además de ser mucho más sostenible, está poniendo a alcance de muchas más personas un material que, hasta hoy, estaba reservado a las personas más pudientes.
¿Y que diferencia un Diamante obtenido de una forma u otra?, pues realmente nada. Ambos Diamantes comparten idénticas cualidades físicas y químicas, y , por lo tanto, el aspecto externo también idéntico.
Entonces, ¿Cómo se llegan a identificar los obtenidos de una forma u otra?, pues la respuesta nos la da la técnica y los ingenieros que han desarrollado carísimos dispositivos para su identificación, basados únicamente en diferenciar la velocidad de crecimiento del cristal. Dichas máquinas están solo al alcance de los Laboratorios más prestigiosos y las empresas de las diferentes Bolsas del Diamante que operan por todo el mundo, siendo la más conocida la Bolsa del Diamante de Amberes (Bélgica).
Y ahora viene la pregunta del precio. ¿Qué diferencia de precio puede tener un Diamante de idéntica calidad obtenido de una forma u otra?. Pues esa respuesta tiene que ver con los costes de producción. Un Diamante tradicional obtenido por extracción suele ser entre un 60 y 70% más caro que otro de los llamados Sostenibles o Ecológicos.
En resumen, los Diamantes son siempre una buena inversión, que pasa de generación en generación, que además se pueden lucir, sin por ello menospreciar su valor y, tal y como reza el eslogan de De Beers, “Son para siempre”.
Guillermo Moya Torres